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7 consecuencias de la menopausia en la salud bucal



Viernes, 9 de Octubre de 2020

Menopausia y salud bucal

En la mujer, el descenso en la producción de hormonas comienza a producirse entre los 45 y 55 años de edad. Con ello, suelen aparecer los primeros síntomas de la menopausia: los conocidos sofocos, dolores de cabeza y la irritabilidad. 

Además, la bajada del nivel de estrógenos afecta directamente a las encías, e incluso a la producción de saliva. Por tanto, durante la menopausia se incrementa el riesgo de sufrir problemas bucodentales. De la misma manera, la reducción de progesterona provoca una disminución de la densidad ósea de la mandíbula, poniendo en riesgo el sustento de nuestros dientes.

A pesar de todo, y gracias a los avances de la tecnología y la concienciación social, hoy en día las mujeres pueden disfrutar de unos dientes sanos hasta la ancianidad. Es satisfactorio ver a diario en nuestra clínica, en Clínica Dental Alberto Romero, ubicada en Ourense, como más mujeres de edad avanzada tienen un buen estado de salud bucal y una bonita sonrisa. Pero para ello, es necesario tener un cuidado especial con la higiene y visitar con regularidad al dentista.

Consecuencias de la menopausia en la salud bucal

  • Gingivitis descamativa. Se caracteriza por la separación de las capas externas de las encías hasta el punto de dejar la raíz del diente expuesta, provocando sensibilidad ante agentes externos como bebidas o comida caliente o fría. Además, la gingivitis descamativa provoca que el tejido gingival se enrojezca, duela y pueda aparecer sangrado, ya sea espontáneo o al cepillarnos los dientes. Si no se trata a tiempo, esta patología puede derivar en una periodontitis, que es una enfermedad más grave y más difícil de curar que provoca la caída de los dientes.
  • Xerostomía o sequedad bucal.  La secreción salival es importante debido a que ayuda a mantener húmedos los tejidos de la boca , lo que favorece que ésta esté más limpia y que se regule la cantidad de bacterias presentes en dicha zona del cuerpo. Durante la menopausia, las glándulas salivales segregan menos cantidad de saliva, lo que produce sequedad bucal. El hecho de tener la boca seca conlleva, por tanto, mayor probabilidad de desarrollar caries -o cualquier otro tipo de infección-. Además, genera distintas incomodidades tales como: dificultades a la hora de saborear alimentos, tragar o incluso al hablar; boca pastosa; sequedad de garganta; labios agrietados; lengua áspera, etc. Y, por último, ocasiona uno de los problemas bucales que más nos acomplejan: el mal aliento.
  • Síndrome de la boca ardiente. El ardor bucal es uno de los problemas postmenopáusicos más comunes. Se caracteriza por provocar síntomas como un fuerte ardor, sensación de quemazón, escozor, hormigueo o adormecimiento de la lengua principalmente, aunque también puede darse en las encías y los labios. 
  • Adelgazamiento de la mucosa bucal.  Como consecuencia de la reducción en la producción de hormonas, las mucosas de la boca, al igual que las de todo el cuerpo, se vuelven más frágiles y se debilitan.Para prevenir las alteraciones de la mucosa oral podemos llevar a cabo hábitos saludables tales como: cepillarnos los dientes después de cada comida, acudir regularmente al dentista (al menos una vez al año), evitar el consumo de tabaco y alcohol, etc.
  • Caries radiculares. Las caries en la raíz del diente aparecen por un cúmulo de circunstancias que tienen lugar durante la menopausia. En primer lugar, contribuye a esto la gingivitis descamativa, ya que deja la raíz del diente expuesta a agentes externos, como restos de alimentos que se depositan en la zona y generan bacterias. 
  • Deterioro dental. El envejecimiento de las personas va unido a una pérdida del brillo y del blanco original de los dientes, que se vuelven más opacos y amarillos
  • Periodontitis y pérdida de hueso. Existen numerosos estudios que demuestran la relación directa que existe entre las enfermedades periodontales y la osteoporosis. Al mermarse el hueso maxilar, se pone en riesgo la supervivencia de los dientes, ya que éstos pierden el soporte sobre el que se sostienen.



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